Podríamos decir que el comercio digital pasó por dos etapas a lo largo de los últimos años. La primera fue en 2020. La pandemia por el Coronavirus nos tomó por sorpresa a todos y, si bien a algunos sectores les afectó de manera negativa, el e-Commerce se vio altamente favorecido. Internet ya era visto como un gran medio para comprar y vender productos, pero el distanciamiento social, el cierre de los locales físicos y el hecho de que todos estuviésemos conectados hizo que este fenómeno se volviera aún mayor, hasta el punto en que la economía en ese año movió más dinero electrónico que físico. Incluso muchas empresas no cerraron y pudieron salvarse gracias a sus ventas online. En conclusión, podemos decir que la cuarentena aceleró el proceso de las transformaciones digitales.
Podría haberse supuesto que con el boom del comercio digital en la pandemia, para la segunda etapa -finales del 2020 y principios del 2021-, este sector decaería. Por el contrario, el e-Commerce se consolidó aún más. Era un cambio que venía para quedarse, y el gran desafío era mantener la cantidad de compradores en la web a pesar de la reapertura de los locales físicos. Los comerciantes digitales comenzaron a trabajar en sus tiendas online implementando innovaciones y prestando cada vez más atención a las necesidades de los clientes. De esta manera pudieron mejorar procesos como por ejemplo la logística de envíos de los productos.