Su objetivo es mitigar el impacto de la ganadería en el cambio climático, al rotar el ganado para mantener el pasto alto. A su vez, intentando que las vacas se preñen; también mejorando su alimentación, entre otras tácticas.
El impacto total de los cambios propuestos se conocerá sobre 2024, cuando los resultados finales del proyecto comparen las emisiones y el acumulado de carbono en suelo con los medidos al comienzo de la iniciativa.
Sin embargo, el proyecto arrojó en su primer año de ejecución que las emisiones de gases como óxido nitroso o metano disminuyeron casi un 5% por hectárea, un 16% por kilogramo de carne producida, y casi 60% de los predios redujeron sus emisiones.
Estos son datos prometedores, por lo que es importante que sigamos generando conciencia y asumamos la responsabilidad sobre estos temas que son fundamentales para un país productor de alimentos como lo es Uruguay.